24 de julio de 2009

Entrevista a Adrián Dárgelos

"Cuando no estemos me gustaría que dijeran que fuimos una banda épica"

¿Qué hacés en estos meses en que no estás grabando discos?
— Generalmente leo. Y en las giras, como hay mucho tiempo de viaje, puedo leer mucho. Y cuando me voy de vacaciones lo único que hago es leer, no sé... soy muy aburrido según algunos amigos. Y soy capaz de leer una buena novela durante cuatro horas corridas y no me interesa nada, ni ir al agua ni a los museos del lugar donde estoy, ni visitar las ruinas...

¿Escribirías una novela?
—No me atrevo, por ahora. Me parece que debe ser una tortura más grande que escribir canciones. No lo sé, porque los que escriben novelas me dicen que quizá sea una tortura más grande escribir canciones. Digo tortura en cuanto a que las cosas siguen dando vueltas en tu cabeza aunque te vayas a dormir y, tal vez, una novela signifique estar concentrado dos o tres años de tu vida en algo que no te da tregua y que te persigue adonde vayas.

Vos estás escribiendo bastante en primera persona, ¿eso te cambia la perspectiva?
—En los primeros cinco discos yo escribí más en tercera persona. Después me di cuenta que sobre el escenario disfruto más cantando en primera persona. Por eso empecé a cambiar. Si sobre el escenario estás cantando en primera persona durante esos tres minutos que dura la canción sos el personaje. Vos mismo te escribís tu propio héroe, tu villano o tu propio antihéroe. A veces me paro y sondeo una angustia infinita desde el escenario, algo inaprensible, y vos eso no se lo podés contar a un amigo en primera persona, porque no te cree, porque te dice "no, vos no sufrís tanto". En cambio, si lo estás cantando, ¿quién te lo puede discutir?

¿Para qué lado va a ir el próximo disco?
—No lo sé. Voy a empezar a escribir recién en octubre. En agosto tenemos una gira por Estados Unidos y en septiembre en México. Tampoco tengo mucho apuro por saberlo pero supongo que será un disco más provocador que los anteriores (risas).

¿Cómo quedarán en la historia los discos de Babasónicos?
—Como discos de su tiempo... aunque con cierto anacronismo (risas). Además, me gustaría que dijeran que éramos una banda épica, que a las pequeñas luchas las tomábamos como luchas finales y que sin pretenderlo hicimos el manual del rock.

Cuando tocan afuera, ¿se sienten representantes de la argentinidad?
—No, yo siento que el rock representa un estado de las cosas. Vengo de un país que para todos es lejano, que la mayoría del mundo no conoce, pero no sé si soy representante de una bandera. Tampoco acá me siento la voz de una generación ni nada de eso... Soy un entretenedor, básicamente.

¿Hay un marketing en base a hilachas de la contracultura?
—Y sí... En los 90 creí que Babasónicos esgrimía las voces de la contracultura, pero hace tiempo que el mainstream encontró la forma de convertir la contracultura en marketing, en el próximo nicho del consumo, como diciendo “busquemos algo que dentro de un tiempo sea lo que todos quieren”. Por suerte, Babasónicos también fue cambiando para que no nos coma la época.

¿Rock y política partidaria deben mezclarse?
—No deberían juntarse nunca. Sin hacer política partidista en el rock se puede discutir sobre ideología. Nunca esquivé la opinión sobre la actualidad, pero a mí me cuesta creer en algo porque no estoy de acuerdo con el sistema, el modelo de democracia republicana y judeo-cristiana, por eso abogo al cambio del paradigma, donde no esté centrado en el estereotipo del hombre exitoso. Yo sueño con una sociedad más idealista.

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